En milésimas de segundo, paso de un negro profundo a una dimensión maravillosa. Veo algunos puntos centelleantes que se transforman en un mundo dichoso, al cual deseo regresar con todas las fuerzas y la voluntad agradecida de mi alma.
La temperatura es perfecta, cálida, amable, y la sensación de Paz es inagotable. No necesito nada, porque soy parte de un Todo que no deja de ser, porque siempre ha sido y siempre será: un Todo sin tiempo.
La Paz de Dios
Tres colores se imponen: el dorado, el blanco y el sepia. Lo que observo en su totalidad está recién hecho, es brillante, inmenso y vigoroso. Veo naturaleza que rebosa vitalidad. Imágenes de la Creación, en su expresión más Divina: animales enormes, felinos: tigres, leones, guepardos -gigantes y mansos-, elefantes, hipopótamos, jirafas; prados vírgenes, cultivos de trigo, cuyas espigas son besadas por el sol; ríos caudalosos, lagos, cascadas, caídas de agua imponentes, riberas que se unen al mar; llanuras verdes, montañas grandiosas; árboles hermosos, con frutos apetitosos y de un tamaño excepcional. Es el Génesis en su esencia: Vida Eterna.
Tres colores que todo lo adornan; tres colores que pintan lo que veo de Amor: blanco, dorado y sepia. La Paz de Dios es lo primero que experimento.
Tres colores que todo lo adornan; tres colores que pintan lo que veo de Amor: blanco, dorado y sepia. La Paz de Dios es lo primero que experimento.
Que el Señor de la Vida y de la Vida Eterna se acuerde de cada latido de mi corazón, como testimonio de un amor humano, imperfecto por supuesto, día y noche espartano, que jamás se rinde ante las desventuras de la biología; porque, a pesar de sus muchísimos errores, vive anhelando cada segundo volver al encuentro definitivo, cuando sea el momento dispuesto por el Padre Eterno.
Por lo pronto, lucho y lucharé todos los días de mi existencia, para cuidar la Vida que Dios me ha regalado. ¡Bendito Seas, Dios Santo!
Por lo pronto, lucho y lucharé todos los días de mi existencia, para cuidar la Vida que Dios me ha regalado. ¡Bendito Seas, Dios Santo!