jueves, 7 de diciembre de 2017

El Amor Inmaculado


La vi luminosa, imponente en su humildad infinita. Rodillas y frentes en tierra, todos la reverenciaban con devoción profunda. La Reina del Amor, la Madre de Dios, es la Mamá Linda que nos cuida a todas horas. Está viva y cada segundo de nuestra existencia es guardiana de esa realidad que nos supera por más "interesantes" que sean nuestras hojas de vida.

Comparto la emoción que viví al experimentar su Presencia durante los días de mi muerte clínica en 2011. Imágenes imborrables que siempre serán parte de los tesoros de mi maltrecho corazón.

Todo fue sencillo, directo, natural, humano, cálido, tierno, contundente. Cuando estuve delante de Ella, comprendí la dimensión de mis errores, me dio vergüenza saber que todas mis andanzas en el mundo oscuro de la industria digital del porno, ese imán que obedece las pútridas intenciones del diablo contra los seres humanos, estaban debidamente anotadas en el corazón de la Virgen Santísima. Caí, nunca lo voy a negar. Por eso, en este testimonio ofrezco mi arrepentimiento. No ha sido fácil, pero la Inmaculada me ha ayudado mucho a retomar el camino que nos conduce a Dios.

El asunto fue así: estando en medio de personas dignas, felices y llenas de Paz, pude ver a la Virgen María en todo su esplendor. Es impactante la perfección de su belleza. No hay palabras para describir el significado del concepto Inmaculada, sin mancha, llena de Gracia.

Sólo les puedo decir que nuestra pequeñez se hace mucho más concreta cuando estamos delante de la Virgen. Su Pureza es absoluta. María de Nazaret es una mujer silente, que sonríe con honestidad; todo lo transmite a través de su mirada. Es exigente, porque sabe como nadie lo que implica sufrir en la soledad de un corazón contrito.

Cuando los ojos de la mujer más hermosa que ha pisado la tierra se encontraron con los míos, recibí el justo reproche: Ella me quitó la cara; me sentí inmundo, sucio. No me condenó, me confrontó como nadie lo había hecho antes. Así es María: fuerte en medio de la mayor Nobleza.

En esos instantes pensé en las horas perdidas ante actrices voluptuosas, demonios totalmente atrapados por Satanás, quienes actúan como súcubos bien entrenados, que devoran el alma de muchos, a través de videos cada vez más perturbadores: el vicio de la pornografía destroza hogares y golpea el interior de millones de víctimas.

Hoy, en el día que antecede a la Fiesta de la Inmaculada Concepción, deseo compartir el siguiente mensaje: ¿qué cara le vas a poner a la Virgen cuando te encuentres con Ella en el Paraíso?

Tranquilos. Recuerden que cada uno es libre, y que esa Libertad es la que debe motivar sus acciones. Gran lección: sólo ingresan al Paraíso quienes llevan el alma limpia. El purgatorio es la lavandería que Dios ha dispuesto para quienes merecen el Cielo, pero no están listos para entrar en ese lugar perfecto.


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